Cuentan los más viejos de nuestra comunidad sobre una leyenda...
En los alrededores del caserío, cuando apenas existían pocas casas y la vida era un poco forzada, en los cerros y entre el bosque, se aparecía un hombrecillo con barba larga y blanca, que en su encanto hacía perder a hombres y animales.
Un día un habitante, que como todos los días, fue a pastores su ganado por la mañana, antes de salir el sol. Emprende su camino cerro adentro, entre el rocío y el canto de aves. Como era costumbre, un perro negro, que era su mascota le acompañaba, y casi siempre este animalito le advertía sobre algo que se podía presentar en el camino.
Ese día, el perro logró avanzar más rápido que su amo, dejándole una distancia considerable. Solo su ganado estaba próximo al hombre, cuando de repente su perro se escucho a lo lejos con fuertes aullidos, por lo cual el hombre se asustó un poco y se empezó a preocupar por su mascota.
Cuenta la leyenda que el hombre se apresuró sin saber a que distancia había sucedido aquello que aún él no sabía. El ganado de repente fue presa de un terrible miedo que se quedó parado sin moverse a ningún lado.
El hombre avanza un poco más, entre las faldas de los cerros y luego divisa una silueta de baja estatura que en ocasión de segundos desaparece. Cuentan los viejos que el hombre quedó un poco aterrado e impactado que casi cae súbitamente en el camino, pero esto no pasó porque vio a su perro negro a los pies de un Algarrobo tembloroso y aullando suavemente. esto fue, según cuentan, lo que impidió que el hombre fuera presa de este hombrecillo misterioso.
En los alrededores del caserío, cuando apenas existían pocas casas y la vida era un poco forzada, en los cerros y entre el bosque, se aparecía un hombrecillo con barba larga y blanca, que en su encanto hacía perder a hombres y animales.
Un día un habitante, que como todos los días, fue a pastores su ganado por la mañana, antes de salir el sol. Emprende su camino cerro adentro, entre el rocío y el canto de aves. Como era costumbre, un perro negro, que era su mascota le acompañaba, y casi siempre este animalito le advertía sobre algo que se podía presentar en el camino.
Ese día, el perro logró avanzar más rápido que su amo, dejándole una distancia considerable. Solo su ganado estaba próximo al hombre, cuando de repente su perro se escucho a lo lejos con fuertes aullidos, por lo cual el hombre se asustó un poco y se empezó a preocupar por su mascota.
Cuenta la leyenda que el hombre se apresuró sin saber a que distancia había sucedido aquello que aún él no sabía. El ganado de repente fue presa de un terrible miedo que se quedó parado sin moverse a ningún lado.
El hombre avanza un poco más, entre las faldas de los cerros y luego divisa una silueta de baja estatura que en ocasión de segundos desaparece. Cuentan los viejos que el hombre quedó un poco aterrado e impactado que casi cae súbitamente en el camino, pero esto no pasó porque vio a su perro negro a los pies de un Algarrobo tembloroso y aullando suavemente. esto fue, según cuentan, lo que impidió que el hombre fuera presa de este hombrecillo misterioso.
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